BIENVENIDA SEAS!

A ti hermosa mujer, sucursal de la energía creadora te invitamos a formar parte de esta gran tribu planetaria, queremos que asistas a esta a cita sagrada dedicada al despertar de la diosa que habita en cada una de nosotras. Lunandina es la confluencia de corazones libres, un espacio de crecimiento y reflexión creado a manera de constelación de energía femeninas que vibran para conectarnos con la naturaleza, compartir y aprender unas de otras, encender nuestro fuego interior, alimentarnos del amor y curar a la tierra a través de nuestra propia sanación. ¡Luminosas, amorosas, reflexivas y sensitivas, que así nos encuentre reunidas la Lunandina! Bienvenidas diosas!

lunes, 22 de abril de 2013


Os saludamos
Guardianas del Este, Madres del Aire,
Dama del cuarto creciente,
protectoras de todo nacimiento y todo comienzo.
Veneramos vuestra fertilidad, vuestro misterio y
vuestra sabia alegría.
Invocamos la luz de vuestro amanecer.

Os saludamos
Guardianas del Sur, Madres del Fuego,
Dama de la luna llena.
protectoras de los vínculos entre todos los seres.
Veneramos vuestra compasión, vuestra
ecuanimidad y vuestra sabia generosidad.
Invocamos la radiante luz de vuestro amor.

Os saludamos
Guardianas del Oeste, Madres del Agua
Dama del cuarto menguante,
protectoras de la transformación cíclica.
Veneramos vuestro desapego, vuestro poder de
curación y vuestra sabia actividad.
Invocamos vuestra luz que todo lo transmuta.


Os saludamos
Guardianas del Norte, Madres de la Tierra
Dama de la luna nueva,
protectoras de la interiorización y del retiro.
Veneramos vuestro silencio, vuestra quietud y
vuestra sabia madurez.
Invocamos vuestra fría luz de plata.

Os saludamos
Guardianas del Centro, Madres del Vacío,
protectoras de la muerte y el renacimiento
Invocamos la luz que destruye todos los engaños
Las guardianas han llegado, círculo está abierto,
Bendita sea la Gran Madre del universo todo.

Texto tomado de la Gaceta nº 6 de La Voz de la Arboleda
Asociación de Arboleda de Gaia



El poder invisible de los círculos de mujeres


El poder invisible de los círculos de mujeres actúa en dos niveles. Un círculo de mujeres puede parecer que es simplemente una serie de mujeres que hablan entre sí; pero si es un círculo, y especialmente un círculo con un centro espiritual, provocará un invisible efecto en las mujeres que lo componen. Un segundo poder invisible consiste en la posibilidad de que cada círculo esté contribuyendo a crear la masa crítica que pondrá fin al patriarcado. Éste es el efecto que tiene en la cultura el millonésimo círculo.
El poder para enfrentarse a la censura o a la incredulidad, al <<¿Quién te has creído que eres?>>, proveniente de fuentes externas, emana del formar parte de un círculo junto a personas afines, pues eso permite a las mujeres seguir su rumbo ante el ridículo o la oposición. El poder invisible que los círculos de mujeres ejercen en las mujeres que los constituyen nace del poder sanador, afianzador y alentador que somos capaces de tener sobre otra. Cuando una cuenta con ese aliento y ese verdadero apoyo a la hora de llevar a cabo un cambio significativo, es más posible que el cambio se realice. El que otras personas crean en nosotras o compartan nuestros puntos de vista posee un poderoso e invisible efecto.

Un círculo de mujeres que confían unas en otras puede llegar a ser también un receptáculo de sanación, sobre todo si las mujeres que lo forman son capaces de hablar de aquellas experiencias en las que se sintieron aterrorizadas por lo que se les hizo a ellas o por lo que presenciaron. Un lugar seguro en el que contar la verdad es un espacio de sanación. Una persona maltratada se siente, en el nivel emocional, doblemente herida: por lo que se le hizo, y por la vergüenza. En lo más profundo de la psique de toda mujer, niña y niño maltratados o violados, hay vergüenza y un sentimiento de indignidad y de desprecio hacia sí mismos, lo cual se vuelve mucho más terrible cuando las religiones llaman a estas víctimas pecadoras. Cada vez que una mujer se arma del valor necesario para hablar y ve que sus palabras son acogidas y que no corre ningún riesgo, su confianza crece y, poco a poco, su psique empieza a sanar.

Un círculo es, además, una experiencia de conversación igualitaria que puede trasladarse a otras relaciones. En un círculo se desarrolla la costumbre de ser capaz de expresar ideas, necesidades, sentimientos y esperanzas, así como de escuchar. En un sentido, estar en un círculo es una práctica de prestar atención y recibir atención. En un círculo operativo no hay una persona que domine. Nuestras relaciones más significativas, o bien son jerárquicas (existe un acuerdo tácito de que las opiniones, necesidades, sentimientos y percepciones de una de las personas tienen más importancia que los de la otra, lo cual atiende al modelo patriarcal), o bien son un círculo (ambas personas hablan y se escuchan una a otra como iguales, como seres que son importantes el uno para el otro). Recordando las palabras de Eleanor Roosvelt: “Nadie puede tratarte como a un ser inferior sin tu permiso”, la tarea a menudo consiste en transformar nuestra propia porción de patriarcado en un círculo. El invisible efecto de estar en un círculo hace esto posible. 

Círculos con un centro

Un círculo con un centro espiritual invita al mundo del alma y del espíritu a estar en el centro del círculo y en cada persona que lo compone. Una imagen es la de la gente sentada alrededor de un fuego invisible, que es una fuente similar también en su interior. O es como una rueda cuyos radios conectan distintos puntos de la llanta con el centro. No hay jerarquía. A través de un silencio meditativo y de la oración silenciosa, la sabiduría y la compasión pueden entrar en nosotras y centrarnos. Cualquier cosa que señale que el círculo ha comenzado puede desplazar la energía del plano social al sagrado.
Cuando el círculo e un espacio donde las demás personas escuchan con empatía, donde no se hacen juicios ni comparaciones, y donde aquello que se comparte confidencialmente se guarda como confidencia, ése es un círculo con un centro espiritual, incluso aunque no se lo considere así. Si hay amor y confianza, el círculo es un santuario. Si se trata de un círculo de mujeres, habrá suficiente alimento de la Madre para todas. Los círculos de mujeres se convierten en un espacio uterino donde se incuban sueños y planes, y en un lugar donde se puede hablar de ellos y recibir ayuda a fin de dar nuestros primeros pasos. El elemento explícitamente espiritual puede no entrar en ese círculo hasta que la salud o la hija o hijo de alguien hacen necesaria una oración; sin embargo, es un círculo sagrado. Cuando una intensa compasión y un serio sentido de la justicia son el foco de un círculo, ese círculo imbuirá de energía a las mujeres que hay en él, y es un círculo con un centro. Creo que las reuniones del personal de la revista Ms., las viudas del 11 de septiembre, o el grupo central de mujeres nigerianas que organizó la protesta contra Chevron-Texaco contaban con la estructura igualitaria de un círculo, y la energía de un círculo con un centro.

Cuando las mujeres se unen y se comprometen unas con otras a pertenecer a un círculo, especialmente a uno con un centro espiritual, crean un canal de transformación para ellas mismas y un vehículo para cambiar el mundo. Los componentes esenciales del círculo son mujeres que tienen la capacidad de crear amistades profundas y duraderas con otras mujeres.

El arquetipo de las hermanas
La amistad entre las mujeres y los círculos de mujeres no son alianzas temporales porque los principios femeninos de crianza, mantenimiento y apoyo, entre ellas une a las mujeres en un círculo de hermanas. Es el arquetipo de la hermana de las mujeres lo que hace posible que las mujeres se identifiquen entre ellas a través de fronteras nacionales, raciales y religiosas.
El poder histórico de los círculos de mujeres
Los cambios importantes en la condición de la mujer han sido producidos por los círculos de mujeres. El movimiento sufragista de las mujeres se inició a mediados del siglo XIX con cinco mujeres que eran amigas. Los hombres en el poder se resistieron a este movimiento y dijeron que no era natural que las mujeres votaran y las condenaron desde los pulpitos porque actuaban en contra de la voluntad de Dios. El Movimiento Sufragista logró que las mujeres votaran y también tuvo como resultado que las mujeres pudieran poseer propiedades y obtener un salario. Mas tarde, se produjeron el Movimiento de Liberación de las mujeres y el movimiento de mujeres a mediados del siglo XX que nació gracias a los grupos de concientización y a las mujeres que trabajaban juntas, eficazmente por el cambio. A las mujeres nunca se les han otorgado derechos libremente, y ellas no han matado por esto. Los movimientos de mujeres son locales y no están financiados desde arriba/ altos mandos. Crecen a través de la invisible y no jerárquica red de amistad entre mujeres y la capacidad de las mujeres de unirse por medio de la conversación y entonces lograr influir a los hombres y a las instituciones. Los movimientos de mujeres producen una revolución social sin disparos, después de que un número importante de mujeres se involucra en la lucha por el cambio y a su vez, hace que una masa crítica de personas piense de manera diferente.
El poder invisible que fortalece a las mujeres en los círculos
El poder invisible de los círculos de mujeres sobre las mujeres que pertenecen a estos grupos se origina en el poder de las personas sobre los demás, lo cual es extraordinario. La autoestima de una persona, el compromiso, el desarrollo de talento depende de si se nos ha escuchado, valorado, amado por lo que somos, alentado, apoyado y ayudado. Cuando hay apoyo psicológico o práctico para hacer un cambio importante, hay una mayor probabilidad de que el cambio ocurra. El hecho de que otro crean en nosotros o tengan la misma perspectiva que la nuestra tiene un efecto poderoso e invisible. El poder de resistir ante la mayoría tiene origen en el formar parte de un pequeño círculo con personas que piensan de manera similar y nos permite seguir adelante a pesar del ridículo o la oposición.