El Circulo de Feminidad Sagrada Lunandina es un espacio abierto donde mujeres y hombres de todas las edades se reúnen para compartir, desde sus individualidades, temas y actividades comunes que nos conectan con procesos de trasformación y armonización de lo masculino y lo femenino a través del dialogo, la recuperación de saberes ancestrales y el respeto por el otro. Es un espacio creado para compartir, sanar, crecer y reflexionar sobre la vida, las relaciones con el entorno y la naturaleza.
BIENVENIDA SEAS!
A ti hermosa mujer, sucursal de la energía creadora te invitamos a formar parte de esta gran tribu planetaria, queremos que asistas a esta a cita sagrada dedicada al despertar de la diosa que habita en cada una de nosotras. Lunandina es la confluencia de corazones libres, un espacio de crecimiento y reflexión creado a manera de constelación de energía femeninas que vibran para conectarnos con la naturaleza, compartir y aprender unas de otras, encender nuestro fuego interior, alimentarnos del amor y curar a la tierra a través de nuestra propia sanación. ¡Luminosas, amorosas, reflexivas y sensitivas, que así nos encuentre reunidas la Lunandina! Bienvenidas diosas!
lunes, 1 de octubre de 2012
Poesía para tu ser...
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago…… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
par ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
(...) La atmósfera no es un perfume.
No tiene el gusto de las esencias;
es inodora,
está hecha para mi boca
y yo lo absorbo y la adoro como a una novia.
Iré a los repechos donde comienzan los bosques y me desnudaré para gozar enloquecido su contacto.
Me gusta sentir el empuje amoroso de las raíces
al través de la tierra,
el latido de mi corazón,
la sangre que inunda mis pulmones,
el aire puro que los orea
en inspiraciones y espiraciones amplias.
Me gusta olfatear las hojas verdes
y las hojas secas,
las rocas negruzcas de la playa
y el heno que se apila en los pajares.
Me gusta oír el escándalo de mi voz, forjando palabras que se pierden en los remolinos del viento.
Me gusta besar,
abrazar
y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces y de sobras cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la ciudad,
en las estepas
y en los flancos de la colina.
Me gusta sentirme fuerte y sano bajo la luna llena
y levantarme cantando alegremente a saludar al sol.
¿Qué creíais?
¿Qué me conformaría con mil hectáreas de tierra nada
más?
¿Pensasteis que toda la tierra sería demasiado para mí?
¿Para qué habéis aprendido a leer si no sabeís ya interpretar mis poemas?
Quédate hoy conmigo,
vive conmigo un día y una noche
y te mostraré el origen de todos los poemas.
Tendrás entonces todo cuanto hay de grande en la Tierra y en el Sol
(existen además millones de soles más allá)
y nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera mano,
ni mirarás más por los ojos de los muertos,
ni te nutrirás con el espectro de los libros.
Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos
ni tomarás las cosas de mis manos.
Aprenderás a escuchar en todas direcciones
y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser.
Clara y tierna es mi alma.
Y claro y tierno es mi cuerpo:
todo lo que no es mi alma también.
Si falta uno, faltan los dos.
Y lo invisible se prueba por lo visible,
hasta que lo visible se haga invisible y sea probado a su vez.
Deja las palabras,
la música y el ritmo;
apaga tus discursos;
túmbate conmigo en la hierba.
Sólo el arrullo quiero,
el susurro
y las sugestiones de la voz
¡Desnúdate!
No eres culpable,
no estás marchita
ni repudiada por ninguno.
Veo tu carne limpia.
Te veo al través del manto fino
o del refajo tosco……
y me quedo aquí……
Soy el poeta del cuerpo
y el poeta del alma.
Los placeres del cielo son míos
y los tormentos del infierno también.
Los placeres, los injerto y los prolongo en mí mismo y los tormentos, los traduzco a una lengua nueva.
Soy el poeta de la mujer
y el poeta del hombre.
Y digo que es tan grande ser hombre
como ser mujer.
Y que nada es tan grande como ser la madre de los hombres.
Walt Whitman
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