Así, con una ofrenda a la semilla, Adri, Juli Santi y yo, estuvimos celebrando la oportunidad de entregarle a nuestra Madre Tierra los preciosos granos orgánicos de maíz fríjol, habichuela, lenteja y soya que nuestra querida Adriana compartió con nostras.
Somos aire, somos agua, somos fuego somos tierra, somos la semilla plantada en el vientre de la Madre Tierra, de ti nacemos y a ti volvemos a través del flujo incesante de la existencia... gracias vida, gracias universo por poder contemplar el amor que florece de tu centro, y disfrutar del alimento poderoso, puro y fresco que nutre nuestros espíritus y nuestros cuerpos.
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