"La salud de la zona del segundo chakra está influida por dos aspectos distintos. El primero tiene que ver con nuestras ambiciones en el mundo exterior, y en él entran, entre otras cosas, nuestra forma de obtener lo que queremos y aquello que deseamos o buscamos. Cuando perseguimos lo que queremos, ¿lo hacemos de forma activa o pasiva? ¿De modo directo o indirecto? ¿Somos personas inhibidas o des-inhibidas? ¿Se nos considera emprendedoras, dinámicas, o hacemos que las cosas «nos vengan»? Fi-nalmente, cuando vamos tras lo que deseamos, ¿lo hacemos «sin vergüenza» o nos sentimos avergonza-das, creyendo que no somos dignas de tener lo que queremos?
El otro aspecto del segundo chakra tiene que ver con las relaciones.
¿Somos dependientes o in-dependientes? ¿Los demás nos necesitan o nosotras necesitamos a los demás? ¿Tomamos o damos más en las relaciones? ¿Tenemos límites bien definidos o poco claros? ¿Nos hacemos valer o somos su-misas? ¿Protegemos a los demás o los demás nos protegen? ¿Tendemos a oponernos a los demás o nos sometemos a sus opiniones y actos? A la zona del segundo chakra corresponden los órganos pelvianos y reproductores (vulva, vagi-na, útero, cuello del útero y ovarios).
La salud de esta zona está influida por el grado en el que nuestras relaciones se basan en la confianza o en el control o dominio, la acusación y la culpa.
Si utilizamos la sexualidad, el dinero, la acusación o la culpa para controlar la dinámica de nuestras relaciones (incluida la que tenemos con nosotras mismas), entonces los órganos de este segundo chakra se verán afectados adversamente. Una persona con problemas en el segundo chakra podría decir o pensar con frecuencia: «No siento que me escuches», «Nunca vienes a verme», «Él no me escribe ni me llama», «Nadie me va a amar jamás», «Nunca estás disponible para mí».
Fragmento del Libro: Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer.
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