(texto
de Marianna)
Este
es el fuego de las mujeres.
El
fuego que ilumina y ahuyenta las tinieblas de la noche y sus peligros.
El
fuego que calienta a nuestro pueblo y siempre ofrece su lumbre como abrigo.
El
fuego que cocina provisión infinita de alimento para todos los seres.
Este
es el fuego que dio origen a la palabra hogar.
Este
es el fuego femenino, hijo de la Madera y nieto de los Bosques.
Fuego
de la transmutación, que todo lo transforma.
Sus
llamas son la cabellera de Brigid derrotando los miedos con el poder de su
flecha flamígera.
Su
luz es la presencia de La Candelaria derramando esperanza.
Su
fuego es la hoz radiante de Mari cortando de raíz la ignorancia que sustenta
las guerras.
Este
fuego protege de la destrucción del fuego y sus peligros.
Este
fuego es la madre de los fuegos de la rueda del año.
Este
es el fuego de las mujeres.
El
fuego donde estamos velando por los niños y niñas de los tiempos futuros.
La llama de la bendición de todas las mujeres que está abrazando al mundo, llevando amor y sanación a los seres dolientes y enfermos.
Esta
hoguera es la alquimia sagrada femenina iluminando a la familia humana,
sanando
para siempre las visiones erróneas,
realizando
espontáneamente y sin esfuerzo todos los buenos propósitos.
Este
es el fuego donde oramos por los hombres,
la
otra mitad de nuestra familia, carne de nuestra carne y luz de nuestros ojos,
para que ellos manifiesten unidos la hermosa nobleza masculina
protegiendo
y honrando a la familia humana y a la Tierra.
Este
es el fuego de las mujeres, el fuego de la Vieja Madre Europa.
La
hoguera donde quemaron a nuestras yayas viejas y a los abuelos que las
acompañaban.
En
sus lenguas nos hablan las voces ancestrales.
Por
el bien de los seres ofrendamos sus muertes, así como ofrendamos
la
vida renovada que nace en cada Candelaria.
Que
su calor sustente la vida de la Tribu,
que
su poder restaure la salud de la Tierra.
(texto
de Marianna de la Arboleda de Gaia)
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